La
Casuística, en Ética Aplicada, refiere al método de razonamiento basado en casos. Se
utiliza en cuestiones éticas y jurídicas, y a menudo representa una crítica del
razonamiento basado en principios o reglas, que atañen a dilemas morales. También es una rama de la Ética Aplicada. Es así mismo, la base de la jurisprudencia en el Derecho común, y la forma estándar de razonamiento aplicada en el derecho común.
Sus
críticos usan peyorativamente los términos casuísticos, casuismo y casuista,
refiriéndose al uso limitado de la inteligencia sin suficiente razón (sofisma),
especialmente en relación a cuestiones morales y con relación a doctrinas u
opiniones sostenidas por miembros de la Compañía de Jesús (calificadas también
como probabilismo y laxismo); incluso a la actitud que atribuyen a éstos
(Jesuitismo).
Por
ejemplo, mientras que un enfoque basado en principios puede alegar que mentir
es siempre moralmente incorrecto, la casuística diría que, dependiendo de los
detalles del caso, mentir podría o no ser legal o ético. Sería posible concluir
que una persona se equivoca al mentir mientras presta testimonio bajo
juramento, pero casuísticamente mentir en tal circunstancia sería una opción
moralmente mejor si con ello se salva una vida, si asumimos que salvar una vida
es un principio. Tomás Sánchez, teólogo jesuita (De la Compañía de Jesús)
español del s. XVII (De Sancto Matrimonii
Sacramento), y otros desarrollaron sobre el particular una doctrina de
reserva mental. Para la casuística las circunstancias del caso son
fundamentales para evaluar la propia responsabilidad.
El
razonamiento casuístico parte de un claro caso paradigmático. En el ámbito
legal, por ejemplo, puede considerarse algún «precedente» incluido en la
jurisprudencia. Desde allí el casuista analizará el grado de correlación entre
el caso en estudio y el modelo: casos iguales serán tratados igual que el
paradigma, no así los que resulten distintos. En consecuencia, un hombre deberá
ser culpado de asesinato premeditado si las circunstancias que rodean el caso
se asemejan al modelo jurisprudencial de asesinato premeditado. Cuanto menor
sea la semejanza entre el caso y el paradigma, mayor será la necesidad de
justificar el tratamiento de «premeditado» en este ejemplo
Moralidad y Casuística
La
casuística da un enfoque práctico a la moralidad. En lugar de utilizar la
teoría como punto de partida, comienza con un examen del caso. Buscando
paralelismos entre el paradigma, los llamados «casos puros», y el caso que nos
ocupa, un casuista trata de determinar una respuesta adecuada a la moral para
un caso particular.
La
casuística se ha descrito como «teoría modesta». Una de sus fortalezas es que
no comienza con ni enfatiza dogmas o teorías. No exige a sus cultores un acuerdo
previo sobre teorías éticas ni estrategias determinadas. Sí puede convenir en
cambio que algunos paradigmas sean tratados de una forma determinada, y luego
acordar en las similitudes o diferencias con el asunto tratado.
Como
la mayoría de la gente está sustancialmente de acuerdo en lo que refiere a las
situaciones éticas abstractas, la casuística a menudo genera argumentos que
logran persuadir a gente de diferente etnia, religión o creencias filosóficas a
tratar casos particulares de igual manera. Por esta razón es considerada la
base del derecho común.
Como
contrapartida, es propensa a los abusos cuando se falsean las analogías con el
paradigma.
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